Los Premios Mezquita vinos cumplen en 2020 veintiséis años ininterrumpidos. Nacieron en el seno de ExpoCordoba, aquella feria de muestras que se celebraba en el recinto de San Carlos. Hoy es el certamen de calidad más importante que se celebra anualmente en la mitad sur de España, el más veterano de los ibéricos y quizá también de España.
Por añadidura, es uno de los concursos más valorado por las empresas bodegueras de España y Portugal, sin duda por contar con un excelente jurado procedente de ambos países y estar organizado por una asociación cultural. Grandes y expertos catadores y catadoras avalan la calidad de los vinos premiados.
A lo largo de su historia ha ido añadiendo nuevos valores. Uno de ellos es el premio al diseño, a la elegancia de la botella, dirigido desde sus comienzos por gran diseñador Elio Berhanyer, que vistió a reinas y eximias actrices, distinguido y añorado socio del Aula del Vino.
Elio seleccionaba la botella “mejor vestida”, decía él. Fue un galardón pionero que ha incidido positivamente en el interés de las bodegas por mejorar la imagen de sus vinos. Como decía el poeta Luis Forets el vino, como el amor, entra por la vista. Nada más cierto. Una botella elegante se retira de los lineales antes que otra menos llamativa. Creo que ya han copiado la idea, faltaría más, pero jamás tendrán esos nuevos premios la categoría y validez del juicio de un artista como Elio Berhanyer.
La medalla autoadhesiva comenzó a utilizarse a partir del año 2008. Desde entonces millones de botellas han lucido este reconocimiento, que garantiza al consumidor la calidad del vino contenido en la botella.
La incorporación de los vermuts se realizó el año 2018, en la XXIV edición, atendiendo a la demanda, cada vez mayor, de esta aromática bebida cuya base es el vino. Paralelamente se crearon dos premios específicos, tanto para el mejor vermut como para la botella más mejor vestida.
A partir de 2014 se vienen celebrando los Premios Mezquita de aceites de oliva virgen extra, AOVE. Vino y aceite, dos productos bíblicos eminentemente mediterráneos y por ende españoles y portugueses, que las raíces de nuestras cepas y olivos se enredan en los más remotos vestigios de la civilización.
El sector oleícola ha confiado en este concurso, que pronto se ha situado en altas cotas de participación.
La efeméride de las bodas de plata de los Premios Mezquita ha coincidido con el 25 aniversario del nombramiento del casco histórico Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Córdoba espera a almazaras y bodegas para celebrar tan magno acontecimiento.
Ayuntamiento y Diputación de Córdoba han sido los principales patrocinadores de ambos concursos a lo largo de estos años, a los que hay que agradecerle su apoyo incondicional y la confianza depositada en el Aula y la Academia del Vino de Córdoba.